GOBIERNOS DOMINICANOS DUENOS DEL PRESUPUESTO Y EL PATRIMONIO NACIONAL

 GOBIERNOS DOMINICANOS DUENOS DEL PRESUPUESTO Y EL PATRIMONIO NACIONAL

La historia reciente ilustra no solo sobre el manejo del Estado como dictadura de clase, sino también como patrimonio de gobernantes y facciones para crear dictaduras políticas. En la “Era” tiránica, que hoy no es tanto como era -pero que sigue siendo- Trujillo se apoderó del Estado, de sus propiedades y de parte de la propiedad privada territorial… con esos fines.

Balaguer fue artífice del Estado patrimonialista dentro de una “dicta-blanda”, no tan blanda, y reciclaba con el uso avasallante del poder.
Con el PRD vino la democracia representativa, realmente no tan representativa ni tan democracia, pero siempre con la impronta –aunque muy desorganizada- del Estado como patrimonio del partido gobernante y sus socios.

En el 1996, el PLD y especialmente Leonel Fernández y Danilo Medina, copiaron el modus operante de Balaguer y potenciaron el patrimonialismo y la corrupción de Estado-partido-funcionarios empresarios, en forma bien organizadita. Leonel se propuso convertirse en neo-caudillo, pero sin posibilidad constitucional de repostularse en el 2000.

En esa ocasión, Danilo -con Leonel efímeramente de su lado- usó el Estado para derrotar a Jaime David dentro del PLD; mientras poco después, ese señor inhibió al Estado para aplastar a Danilo y darle chance a Hipólito-PRD, pensando en su utilidad para repostularse exitosamente en el 2004. Y ese cálculo se le dio.

Hipólito siguió la línea del patrimonialismo descentralizado y caótico: con un partido incapaz de darle metas mayores y énfasis dictatoriales.
Del 2004 al 2012, Leonel y los suyos fundieron al Estado con el partido, crearon una corporación propia y junto a corporaciones aliadas utilizaron el patrimonio público y natural de la nación; al tiempo de convertir esa fusión en dictadura institucionalizada. Ni dura ni blanda, sencillamente podrida.

En el 2012, Leonel –de nuevo sin posibilidad de reelegirse- pactó con Danilo, colocando a su esposa en la Vice, para derrotar a Hipólito-PRD y satisfacer el aparato y la clientela peledeísta; entonces volcó el Estado, la corruptela y las trampas a favor del candidato oficial del PLD. Danilo gustoso aceptó ese respaldo cangrenado.

Ahora, Danilo, con más Estado que Leonel, lo derrotó parcialmente; pero en ese trajinar la descomposición morada ha asomado con intensidad. Por eso no es peregrino decir que la crisis del PLD es también la crisis del uso del Estado como patrimonio para crear dictaduras políticas.